PÍLDORA TEÓRICA

6 julio, 2018

Comunicación No Violenta


Yo, le he llegado a hacer mala publicidad a la Comunicación No Violenta (CNV) con personas cercanas a mí.

Creo que todo el que ha intentado aplicar la CNV en sus relaciones ha caído en eso alguna vez.

Si estoy enojado o dolido, e internamente estoy juzgando al otro, pero en lugar de juzgarlo abiertamente hablo con lo que según yo es CNV, diciendo, por ejemplo: “Cuando veo que le dijiste a mi hermana que soy un mentiroso me siento dolido porque necesito consideración”, la persona oirá en mi tono de voz que la estoy juzgando y desarrollará una alergia a la CNV, porque creerá que la CNV es una forma rebuscada de reclamar o de manipular.

De lo que en realidad se trata la CNV es de un cambio real de energía: si estás juzgando internamente a alguien y te das suficiente espacio para conectarte con tus sentimientos y necesidades, o si mejor aún le pides a un amigo que te escuche con empatía, llegará el momento en que dejes de juzgar internamente al otro, y si le expresas tu dolor desde esta nueva energía puede ser que ya no lo oiga como un ataque.

Comunicación No Violenta

“Cuando yo te pida algo, por favor, date unos momentos para revisar dentro de ti…. si hay alguna energía de éstas y eso te motiva a hacer lo que te pido por favor NO lo hagas:

1. Cualquier miedo de cómo crees que voy a responder si no haces lo que te pido.
2. Alguna creencia de que si haces lo que te pido voy a quererte más.
3. Cualquier concepto de que tendrás que tener culpa o vergüenza si no haces lo que te pido.
4. Cualquier creencia de deber u obligación de hacer lo que te pido.
Por favor si alguna de estas razones te motivan a hacer lo que te pido, no lo hagas.

La vida es muy corta para hacer cosas los unos por los otros bajo éstos términos.”

Comunicación No Violenta

¿Cómo te sientes?… ¿Culpable? ¿Esperanzada? ¿Intrigado? ¿Inquieta? ¿Crispado? ¿Refrescado? ¿Alarmada?…

¿Qué necesitas?… ¿Eficacia? ¿Equidad? ¿Celebrar la vida? ¿Hacer ejercicio? ¿Aceptación?…

Comunicación No Violenta

Cuando un papá le dice a su hija: “¡No seas tonta!”, en el fondo tiene una buena intención: esa frase es una expresión de sus necesidades y de sus valores. Tal vez quiere, por ejemplo, que su hija le eche ganas para aprender, porque quiere que le vaya bien en la vida. Es un hermoso deseo, solo que la manera en la que lo está expresando no ayuda mucho.

Y como desde niños todos escuchamos a nuestro alrededor un lenguaje de juicios morales, etiquetas, comparaciones, exigencias, premio y castigo, tenemos tan interiorizado ese lenguaje que así nos hablamos a nosotros mismos.

Los juicios, etiquetas, insultos, regaños y exigencias que te dices a ti mismo también son expresiones de tus necesidades y de tus valores. Más que acallar esos pensamientos hay que traducirlos. Por ejemplo, si te dices a ti mismo, “No soy inteligente”, ¿estarás en realidad queriendo decir que necesitas autoestima?

Comunicación No Violenta

Si estás enojado, quiere decir que estás pensando juicios sobre el otro: “¿Qué se cree?” “Es un (tal por cual)”… “¡Vergüenza debería darle!” “Se merece que…”. Esos juicios son expresiones de tus necesidades.

Y cuando te sientes culpable, avergonzado o deprimido, quiere decir que estás pensando juicios sobre ti mismo: “Soy una pésima amiga”… “Todo fue mi culpa”… “¡Estúpido!”… Pero no sirve de nada tratar de acallar esos juicios, porque si lo haces ellos le subirán al volumen, ya que son expresiones de tus necesidades y de tus valores. Mejor tradúcelos. ¿Qué te están queriendo decir? ¿Que la amistad es algo importante para ti? ¿Qué quieres cuidar los recursos económicos de tu familia? ¿Que en este momento necesitas eficiencia?

Comunicación No Violenta

Cuando un papá le dice a su hija: “¡No seas tonta!”, en el fondo tiene una buena intención: esa frase es una expresión de sus necesidades y de sus valores. Tal vez quiere, por ejemplo, que su hija le eche ganas para aprender, porque quiere que le vaya bien en la vida. Es un hermoso deseo, solo que la manera en la que lo está expresando no ayuda mucho.

Y como desde niños todos escuchamos a nuestro alrededor un lenguaje de juicios morales, etiquetas, comparaciones, exigencias, premio y castigo, tenemos tan interiorizado ese lenguaje que así nos hablamos a nosotros mismos.

Los juicios, etiquetas, insultos, regaños y exigencias que te dices a ti mismo también son expresiones de tus necesidades y de tus valores. Más que acallar esos pensamientos hay que traducirlos. Por ejemplo, si te dices a ti mismo, “No soy inteligente”, ¿estarás en realidad queriendo decir que necesitas autoestima?