NO ES UN “NO” A TI

6 julio, 2018

NO ES UN “NO” A TI

Un “no” a una petición es sólo un “no”  a una acción concreta. 

En varias ocasiones hemos compartimos la posibilidad de escuchar el Sí detrás del No cuando recibimos una respuesta negativa a una petición.

Hablamos de que la otra persona, al decirnos “no”, dice sí a cuidar de una necesidad importante para él/ella en ese momento. Ahora bien, ¿Qué pasa con nuestra necesidad? ¿Queda insatisfecha con ese “no”?

Es precisamente en esos momentos, cuando recibimos un “no” a nuestra petición, cuando resulta vital ser consciente de la diferencia entre acción y necesidad. 

Llego a casa cansado, con ganas de paz y quiero cenar con mis hijos adolescentes. Y al pedírselo, me contestan que se bajan al bar con unos amigos para ver el fútbol. ¡He recibido un “no” a mi acción preferida en ese momento para satisfacer mis necesidades de tranquilidad y conexión!.
Si tomo conciencia de esta diferencia, de que me han dicho “no” a una manera concreta pero no a dicho “no” a mi necesidad, es más probable que encuentre apertura, que no me quede enganchada a esa estrategia y que pueda encontrar otras maneras de satisfacer esas necesidades de tranquilidad y conexión.
Las necesidades de mis hijos y las mías no están en conflicto; sus estrategias y las mías, al menos esta noche, sí. Y desde la apertura que me da esta toma de conciencia, puedo elegir otras formas diferentes de cuidar de lo que me importa, como leer esa novela en la que no acabo de avanzar porque me quedo dormida, hacer una llamada de teléfono a ese amiga con la que quiero hablar desde hace tiempo, escuchar una música que me relaja o emociona,…

Si somos capaces de enfocar así las situaciones de la vida, al escuchar un “no” ya no pensamos que nuestra necesidad no va a ser satisfecha. Solo significa que esa estrategia concreta no va a ser posible. Al menos esta noche.

El darme cuenta de esto puede ser realmente liberador, tanto para uno mismo, como para los demás. Desde esa conciencia no dependo de una sola estrategia para cuidar de mi necesidad y le pido al otro con más ligereza, con más libertad y menos exigencia. Y aún si me dice “no”, sé que puedo encontrar muchas otras maneras. Y eso me hace a la vez más dueño de mi vida y más atractivo para los demás