LAS BASES ESPIRITUALES DE LA CNV

5 julio, 2018

Las bases espirituales de la Comunicación No Violenta

Una sesión de preguntas y respuestas con Marshall B. Rosenberg

Siempre que Marshall B. Rosenberg habla de conceptos profundos como espiritualidad, Dios, amor, siempre emergen dos temas: 1) La mayor alegría surge cuando conectamos con la vida porque contribuimos a nuestro propio bienestar y al de los otros. 2) La Espiritualidad y el amor tienen que ver más con lo que hacemos, que con lo que sentimos.

La gente pregunta con frecuencia a Marshall cómo ha llegado a ese lugar, y cómo él relaciona las creencias religiosas de otros con la práctica de la CNV. Lo que sigue son extractos de respuestas verbales de Marshall a preguntas de entrevistadores de medios de comunicación sobre el tema de la espiritualidad, el concepto de lo Divino, las bases espirituales de la CNV y l aplicación de los valores de la CNV al cambio social.

¿Cómo conectamos con lo Divino a través de la Comunicación NoViolenta?

Creo que es importante que las personas vean que la espiritualidad es la base de la Comunicación No Violenta, y que aprendan la mecánica del proceso con esto en la mente. Es en realidad una práctica espiritual lo que estoy tratando de mostrarles como una forma de vida. Sin embargo, aún que no mencionamos esto, las personas quedan seducidas por la práctica. Aún si ellas practican esto como una técnica mecánica, empiezan a experimentar cosas entre ellas y otras personas que no eran capaces de experimentar anteriormente. Así que eventualmente tocan la espiritualidad en el proceso. Empiezan a ver que es más que un proceso de comunicación y se dan cuenta que es un intento de manifestar cierta espiritualidad. Pues, he intentado integrar la espiritualidad en el entrenamiento en una forma que cubre mi necesidad de no destruir la belleza de este a través de filosofías abstractas.

La clase de mundo en el que me gustaría vivir requiere una serie de cambios sociales significativos. La clase de cambios sociales que me gustaría ver probablemente no tendrán lugar si las personas que trabajan a favor de esos cambios no lo hacen desde una espiritualidad diferente a la que nos ofrecen las creencias actuales. Así que, nuestro entrenamiento está diseñado para ayudar a la gente a asegurarse que la espiritualidad que los guía es una de su propia elección, y no simplemente aquella que han internalizado con su cultura. Y que aportan al cambio social desde esa espiritualidad.

¿Qué significa Dios para ti?

Necesito una manera de pensar en Dios que me sirva, necesito otras palabras y formas de mirar a esta belleza, esta poderosa energía; y mi nombre para Dios es “Energía Amada Divina”. Por un tiempo fue sólo “Energía Divina”, pero después leí sobre algunas de las Religiones Orientales y me enamoré de cómo los poetas orientales tenían esta amorosa conexión personal con esta Energía. Y encontré que podía llamarla “Energía Amada Divina”. Para mí esta Energía Amada Divina es la vida, es la conexión con la vida.

¿Cuál es tu forma favorita de conocer esta Energía Amada Divina?

Es cómo conecto con los seres humanos. Conozco esta Energía Amada Divina conectando con los seres humanos en cierta forma. No solamente veo Energía Divina, pruebo Energía Divina, siento Energía Divina, y soy Energía Divina. Estoy conectado con la Energía Amada Divina cuando me conecto con los seres humanos de esta manera. Entonces Dios está muy vivo para mí.

¿Qué credos religiosos, enseñanzas o escrituras han tenido mayor influencia en ti?

Es difícil para mí decir cuál de las varias creencias religiosas presentes en el mundo ha tenido mayor impacto en mi. Probablemente el Buddhismo más que cualquiera. Me gusta mucho lo que entiendo que el Buda, o lo que la gente que cita al Buda dice. Por ejemplo, el Buda lo deja muy claro: No te hagas adicto a tus estrategias, tus requerimientos, tus deseos. Esta es una parte muy importante del entrenamiento en la CNV: no mezclar las verdaderas necesidades humanas, con la manera como culturalmente hemos aprendido a satisfacerlas. Así que ten cuidado de no confundir tus estrategias con tus necesidades. No necesitamos un coche nuevo, por ejemplo. Algunas personas pueden elegir un coche nuevo como una estrategia para salir al encuentro de su necesidad de realización o paz interior, pero tienes que estar atento, porque la sociedad puede engañarte y hacerte pensar que lo que necesitas realmente es un coche nuevo. Esta parte de nuestro entrenamiento está muy en armonía con mi entendimiento del Buda.

Casi todas las religiones y mitologías que he estudiado tienen un mensaje muy similar, el que Joseph Campbell, el mitologista, resume en alguno de sus trabajos: “no hagas nada que no sea un juego”; lo que se entiende por juego es contribuir positivamente a la vida. Así que no hagas nada para evadirte del castigo; no hagas nada para alcanzar alguna recompensa; no hagas nada movido por el sentimiento de culpa, vergüenza y los conceptos viciados de “deber” y “obligación”. Lo que hagas será un “juego” cuando puedas ver cómo enriquece la vida. Se obtiene este mensaje cuando entendemos en profundidad el mensaje, no sólo del Cristianismo, sino del Judaísmo, del Islam, de Buda. Es un lenguaje natural: haz aquello que contribuye a la vida.

¿Acaso no es cierto que la influencia de la religión y la espiritualidad promueven la pasividad, o son una especie de “opio para las masas?

Me preocupa cualquier espiritualidad que únicamente nos lleve a quedarnos sentados confortablemente, diciendo que la sola energía que te viene será la que provocará el cambio social. Más bien confío en la espiritualidad que empuja a la gente a ponerse en acción para transformar el mundo, para hacer que las cosas sucedan. Se trata de algo que tú haces, por eso es una “espiritualidad práctica”.

¿Así que el origen de la Comunicación No Violenta viene en parte de orígenes espirituales?

La Comunicación No Violenta se desarrolló en el intento de hacerme consciente de lo que esta Energía Amorosa Divina es y cómo conectar con ella. Yo estaba muy insatisfecho con la psicología clínica que se basa en la patología y no me gustaba su lenguaje. No le daba una visión de la belleza de los seres humanos. Así que después de graduarme decidí seguir la orientación de Carl Rogers y Abraham Maslow y preguntarme: “¿Qué es lo que somos y qué estamos destinados a ser?” Y me encontré con que había muy poco escrito al respecto en psicología.

Así que tomé cursos en religiones comparadas porque vi que en las religiones se hablaba más de estas preguntas, y la palabra “Amor” salía constantemente en el discurso religioso.

Yo solía escuchar la palabra amor como muchas personas la usan en un sentido religioso: “Deberías amar a todos.” Y me solía incomodar mucho con esta palabra amor. “Ah si, cómo no, ¿ahora se supone que tengo que amar a Hitler?” Traté de entender mejor lo que significa la palabra “amor” porque podía ver que tenía mucho significado para muchos millones de personas en todas estas religiones. ¿Qué es, y cómo “haces” este “amor”?

La CNV surgió de mi intento por comprender este concepto de amor y cómo manifestarlo, cómo hacerlo. Y llegé a la conclusión de que no era sólo algo que se siente, sino algo que se manifiesta, algo que hacemos, algo que tenemos. Amar es entregarnos en cierta manera.

¿Qué entiendes por “darnos a nosotros mismos”?

Para mí, “darnos a nosotros mismos” significa expresar con honestidad de lo que está vivo dentro de nosotros en este momento. Es responder profundamente a la pregunta: “¿Cómo estás?” La hacemos como un rito social, pero en realidad es una pregunta muy importante. ¡Qué gran regalo significa saber a cada momento lo que esta vivo en alguien!

Dar a otros este regalo, esta entrega, es una manifestación de amor. Cuando te manifiestas desnuda y honestamente, a cada momento, movido por la única razón de manifestar lo que está vivo en ti, sin acusaciones, sin críticas, sin castigos. “Aquí estoy, y esto es lo que yo quisiera.” Este es mi ser vulnerable, en este momento. ¡Que hermosa forma de manifestar amor!

La otra forma en que damos amor es la manera como recibimos el mensaje de la otra persona. Recibiéndolo empáticamente, conectando con lo que está vivo en ella, sin juzgarla. Únicamente escuchando lo que está vivo en la otra persona y lo que le gustaría. Así que la Comunicación No Violenta es sólo una manifestación de lo que M.B. Rosenberg entiende que es el amor. En ese sentido es semejante al concepto judeo-cristiano de “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y “No juzgues y no serás juzgado”.

¿La CNV te vino de tu deseo de manifestar el amor?

También me ayudó mucho la búsqueda empírica en psicología que definía las características de relaciones saludables y estudiaba a las personas que estaban viviendo manifestaciones amorosas. De estas fuentes afiné este proceso que me ayuda a conectar con las personas de una forma amorosa. Y después observé lo que sucedía cuando conectaba con las personas de esta manera. Esta belleza, este poder, me conectó con una energía que decidí llamar Energía Amorosa Divina. Así que la Comunicación No Violenta me ayuda a permanecer conectado con esa hermosa Energía Amorosa Divina dentro de mí y conectar con ella en los demás. Y por supuesto, cuando conecto con la Energía Divina dentro de mí con la Energía Divina en los demás, lo que sucede entonces es lo más cercano a estar conectado con el mismo Dios.

La clave de la CNV es lograr la conexión con los demás –y así con la Energía Divina- de una forma que permita que la entrega compasiva pueda tener lugar. Es un dar desde el corazón, no desde el deber, la obligación, el miedo al castigo o la búsqueda de recompensa, la culpa o la vergüenza, dar desde nuestro impulso natural de contribuir al bienestar de los demás. Cuando digo que es nuestro impulso natural el contribuir al bienestar de los demás, hay gente que se imagina que soy un poco “cursi” y que no me doy cuenta de la enorme violencia que existe en el mundo. ¿Cómo puedo pensar que nuestro impulso natural es contribuir al bienestar de los demás con lo que está sucediendo en el mundo? Desafortunadamente, yo veo la violencia. Trabajo en lugares como Rwanda, Israel, palestina, Sri Lanka, y me doy perfectamente cuenta de toda la violencia que existe en el mundo. Pero la violencia, aunque esté muy extendida en el mundo, no es nuestro impulso natural.

En cualquier lugar en el que he trabajado, siempre hago la misma pregunta a la gente: Piensa en algo que hayas hecho en las últimas 24 horas, que de alguna manera haya contribuido a hacer más hermosa la vida de los demás; y luego pregúntate cómo te sientes cuando te percatas de la manera como ese acto contribuyó a hacer más hermosa la vida de los demás. Entonces surge espontáneamente en todos los rostros una sonrisa. Nos sentimos a gusto cuando nos percatamos del poder que tenemos de enriquecer la vida, de servir a la vida. ¿Puede haber algo más satisfactorio que aplicar nuestros esfuerzos en esa dirección? No hay nada mejor, nada que nos haga sentir más a gusto que usar nuestros esfuerzos en servir a la vida, contribuir al bienestar unos de otros.

¿Cómo previenes que el Ego interfiera en tu conexión con Dios?

Al ver el Ego tan cercanamente atado a la forma en que mi cultura me ha enseñado a pensar y me ha entrenado a comunicarme. Y al ver cómo la cultura me ha entrenado a cubrir mis necesidades de cierta manera, y finalmente viendo cómo confundo mis necesidades con ciertas estrategias que podría usar para cubrirlas. Así que procuro estar consciente de estas tres formas en que la cultura me ha programado a hacer cosas que no están en mis mejores intereses y que me llevan a funcionar más desde el Ego que desde mi conexión con la Energía Divina. He tratado de aprender maneras de entrenarme a ser consciente cuando pienso desde este modelo cultural y he incorporado estas dentro de la Comunicación No Violenta.

¿Entonces crees que el lenguaje de nuestra cultura nos previene de conocer nuestra Energía Divina mas íntimamente?

Oh sí, definitivamente. Creo que nuestro lenguaje lo hace realmente difícil, especialmente el lenguaje que se nos dio en nuestro entrenamiento cultural, que al parecer la mayoría de nosotros hemos tenido, y las asociaciones que la palabra “Dios” trae para la gente. Juicios ó pensamientos de bueno/malo son de las cosas más difíciles que he tenido que sobrepasar al enseñar La Comunicación No Violenta a través de los años. Las personas con las que trabajo, todas han ido a escuelas e iglesias, y es muy sencillo para ellas decir, si les gusta La Comunicación No Violenta, que es “la forma adecuada” de comunicarse. Es muy fácil pensar que La Comunicación No Violenta es el objetivo.

Alteré una parábola Budista que se relaciona con esta pregunta. Imagina un hermoso y vasto lugar sagrado. E imagina que tú realmente puedes conocer a Dios cuando estás en ese lugar. Pero vamos a pensar que hay un río entre tú y este lugar y a ti te gustaría llegar a este lugar pero tienes que cruzar el río para hacerlo. Una vez que ya haz cruzado el río, puedes caminar el resto de las millas a este hermoso lugar. Pero la parábola Budista termina diciendo eso, “Tonto es aquél que continúa caminando en el lugar sagrado cargando la balsa en su espalda.”

La Comunicación No Violenta es una herramienta que me ayuda a sobrepasar mi entrenamiento cultural de tal forma que pueda llegar a este lugar. No es el lugar. Si nos hacemos adictos a la balsa será más difícil llegar al lugar. La gente que apenas está conociendo el proceso de La Comunicación No Violenta corre el riesgo de olvidarse de este lugar. Si se quedan muy apegados a la balsa el proceso se vuelve mecánico.

La Comunicación No Violenta es una de las herramientas más poderosas que he

encontrado para conectar con las personas de una manera que me ayuda a llegar al punto en donde estamos conectados a lo Divino, en donde lo que hacemos para el otro, proviene de la Energía Divina. Ese es el lugar al que quiero llegar.

¿Es esta la base de La Comunicación No Violenta?

La base espiritual para mí es conectar con la Energía Divina en otros y conectar con la Energía Divina en mí, porque creo que cuando estamos realmente conectados con esta Divinidad en el otro y en nosotros mismos, las personas disfrutan el contribuir al bienestar de los demás, más que cualquier otra cosa. Así que para mí, si estamos conectados con lo Divino en los demás y en nosotros mismos, vamos a disfrutar lo que suceda, y esa es la base espiritual. En este lugar, la violencia es imposible.

¿Es esta falta de conexión con lo Divino responsable de la violencia en el mundo?

Lo diría de esta forma: creo que se nos ha dado el don de poder elegir crear el mundo que deseamos. Se nos ha dado todo este grandioso y abundante mundo para crear un mundo de dicha y enriquecimiento. Para mí, la violencia en el mundo surge cuando nos volvemos indiferente ó desconectados de esta Energía. ¿Cómo nos conectamos cuando estamos educados a estar desconectados? Creo que son nuestros condicionamientos culturales y nuestra educación los que nos desconectan de Dios, especialmente nuestra educación acerca de Dios.

Walter Wink escribe cómo las culturas dominantes utilizan ciertas enseñanzas acerca de Dios para mantener la opresión. Es por eso que los obispos y los reyes han estado a menudo bastante relacionados. Los reyes necesitaban a los obispos para justificar la opresión, para interpretar los libros sagrados en formas que justificaban el castigo, el dominio, etcétera.

Así que hemos estado viviendo bajo una mitología destructiva por un largo tiempo, y esa mitología requiere un cierto lenguaje. Un lenguaje que deshumaniza a la gente, que los convierte en objetos. Así que hemos aprendido a pensar en términos moralistas, unos de los otros. Tenemos palabras en nuestra conciencia como correcto, equivocado, bueno, malo, egoísta, altruista, terroristas, luchadores por la libertad…Y conectado con todo ello está el concepto de justicia basada en el mérito; si tú haces alguna cosa mala mereces ser castigado. Si tú haces algo bueno, entonces mereces ser recompensado. Desafortunadamente, durante ocho mil años hemos estado sometidos a este tipo de conciencia. Creo que este es el corazón de la violencia en nuestro planeta: una educación fallida. El proceso de la comunicación no violenta es una integración del pensamiento, el lenguaje, y la comunicación que creo nos puede acercar a nuestra verdadera naturaleza. Nos ayuda a conectar unos con otros, de manera que nos acerque a una gozosa manera de vivir , que consiste en contribuir al bienestar unos de otros.

¿Cómo eliminamos este condicionamiento?

Yo estoy a menudo entre personas con mucho dolor. Recuerdo haber trabajado con veinte Serbios y veinte Croatas. A algunas de las personas ahí les habían matado a miembros de sus familias los del otro lado y todos ellos tuvieron bombardeos de veneno por generaciones en sus cabezas, acerca de los del otro lado. Ellos pasaron tres días expresando su rabia y dolor hacia los otros. Afortunadamente estuvimos ahí por alrededor de siete días.

Una palabra que no he usado aún acerca de esto es la palabra “inevitabilidad”. Tantas veces he visto que no importa lo que haya ocurrido, si las personas conectan de esta manera es inevitable que vayan a terminar disfrutando el darse los unos a los otros. Es inevitable. Para mi, mi trabajo es como estar mirando un programa de magia. Es demasiado para describirlo en palabras.

Pero algunas veces la Energía Divina no funciona tan rápido como yo pienso que debería. Recuerdo haber estado sentado en medio de toda esa rabia y ese dolor, pensando, “Energía Divina, si tú puedes aliviar todas estas cosas, ¿ porqué estás tardando tanto, porqué estás permitiendo que todas estas personas pasen por esto?” Y la Energía me habló, y me dijo, “Tú sólo haz lo que puedas para conectarte. Trae tú energía hacia dentro. Conecta y ayuda a las otras personas a conectar y déjame encargarme del resto.” Pero aún así esto seguía en un lado de mi cerebro, yo sabía que la dicha era inevitable. Si pudiéramos sólo mantenernos conectados a nuestra Energía Divina y a la de los demás.

Y sucedió. Sucedió con una gran belleza. El último día todos estaban hablando de dicha. Y muchos de ellos decían, “Sabes que nunca pensé que iba a poder sentir esta dicha después de lo que hemos pasado.” Este era el tema en los labios de todos. Así que esa tarde los veinte Serbios y los veinte Croatas, que siete días atrás tenían sólo un dolor inimaginable en relación a los otros, celebraron la dicha de la vida juntos.

¿Entonces logramos esta conexión con los demás a través de conocer a Dios?

Aquí otra vez me quiero mantener lejos de intelectualizar acerca de Dios. Si a través de “Conocer a Dios” nos referimos a esta íntima conexión con la Energía Amada Divina, entonces vivimos cada segundo como experimentando el cielo.

El cielo que yo gano por conocer a Dios es esta inevitabilidad, el saber que es inevitable, que no importa lo que esté sucediendo. Si llegamos a este nivel de conexión con los demás, si nos conectamos con la Energía Divina de los demás es inevitable que vamos a disfrutar el dar y le regresaremos algo a la vida. He pasado tantas cosas tan feas con las personas que ya no me preocupo más, es inevitable. Si logramos esta calidad de conexión, nos va a gustar a dónde nos lleva.

Me asombra lo efectiva que es. Yo podría decirte algunos ejemplos similares entre los israelíes extremistas, política y religiosamente, e igual en el lado Palestino, y entre los Hutus y los Tutsi, y la tribu Cristiana en Nigeria. Con todos ellos me impresiona lo fácil que es lograr esta reconciliación y sanación. Una vez más, todo lo que tenemos que hacer es conectar ambos lados a las necesidades de los demás. Para mí las necesidades son la más rápida, y más cercana manera de conectarnos con esta Energía Divina. Cada uno tenemos las mismas necesidades. Las necesidades surgen porque estamos vivos.

El proceso de la CNV

El proceso tiene dos partes básicas. La primera es aprender a expresarnos en un lenguaje de vida. La otra mitad es el cómo respondemos a los mensajes de otros. En CNV intentamos mantener nuestra atención respondiendo a dos cuestiones críticas: ¿Qué está vivo en nosotros? y ¿Qué podemos hacer para hacer la vida más hermosa?

La primera cuestión: “¿Qué está vivo en mi? ¿Qué está vivo en ti?” nos la preguntamos las personas de todo el mundo cuando nos encontramos y decimos: ¿Cómo estás?

Lamentablemente, aunque todos nos hacemos esta pregunta, muy pocas personas realmente saben cómo responderla en profundidad, porque no hemos sido educados en un lenguaje de vida. La CNV, como veremos, sugiere la manera como podemos descubrir lo que está vivo en nosotros. Nos muestra cómo conectar con lo que está vivo en los otros, aún cuando ellos no tengan las palabras adecuadas para expresarlo.

Expresar aquello que está vivo en nosotros requiere alfabetizarnos tres niveles: En primer lugar, requiere ser capaces de responder la pregunta ¿Qué está vivo en ti? sin mezclarla con ninguna evaluación. Eso es lo que yo llamo una observación. ¿Qué es lo que nos gusta o no nos gusta de lo que la gente hace? Esta información es muy importante para comunicarnos. Para expresar a la gente lo que está vivo en nosotros, necesitamos decirle que es lo que está aportando a nuestra vida y lo que no está aportando a nuestra vida de lo que ellos hacen. Pero es muy importante aprender cómo decir esto sin mezclarlo con ningún tipo de evaluación. Así que este es el primer escalón para tratar de decir a los demás lo que está vivo en nosotros: Ser capaces de llamar su atención –concreta y específicamente- sobre aquello que la persona está haciendo, y que nos gusta o no nos gusta, sin mezclarlo con ningún tipo de evaluación.

Con la observación en mente de lo que la persona hace, si usamos la CNV, queremos ser honestos con ella. Pero con una honestidad de diferente clase que sólo decirle a la otra persona lo que está mal con ella. Se trata de una honestidad del corazón, no de una honestidad que implique decir “estás equivocado”. Queremos ir más adentro y expresar al otro lo que está vivo en mí cuando él hace eso. Y esto incluye las otras dos formas de expresión que necesitamos: expresión de sentimientos y de necesidades. Para expresar con claridad lo que está vivo en nosotros a cada momento, implica ser claros en lo que sentimos y lo que necesitamos. Así que empecemos con los sentimientos.

Tenemos sentimientos a cada momento. El problema es que no hemos aprendido a ser conscientes de lo que está vivo en nosotros. Nuestra conciencia se ha dirigido más a cumplir las expectativas que nuestras autoridades ponen en nosotros. Hay diferentes maneras como podemos expresar nuestros sentimientos, dependiendo le cultura en la que hayamos crecido. Aún así, es importante contar con un rico vocabulario de sentimientos que realmente describa con precisión lo que está vivo en nosotros y que no incluya interpretaciones sobre otras personas. No queremos usar palabras comomalentendido, porque realmente ese no es un sentimiento, sino un juicio, estamos analizando si la persona nos ha entendido correctamente o no. Si nosotros pensamos que el otro nos ha entendido mal, podemos estar enojados, frustrados, y muchas otras cosas. De la misma manera, no queremos usar palabras como manipulado o criticado. Estas palabras no son lo que llamamos sentimientos en el entrenamiento de CNV. Lamentablemente, muy pocas personas tienen un amplio vocabulario de sentimientos.

¿Tus sentimientos son realmente la expresión de lo que está vivo en ti? Asegúrate que no es un análisis mental de tu pensamiento o juicios sobre los demás. Entra en tu corazón. ¿Cómo te sientes cuando la otra persona hace lo que hace?

Ahora bien, decir a la gente cómo nos sentimos no es suficiente, porque los sentimientos pueden ser usados en una forma destructiva si pensamos que el comportamiento de los demás es la causa de nuestros sentimientos. La causa de nuestros sentimientos son nuestras necesidades, no el comportamiento de los demás. Y este es el tercer componente para expresar lo que está vivo en nosotros: las necesidades.Permanecer conectado a lo que está vivo en nosotros es permanecer conectado con nuestra propia Energía Divina.

Lo que nos hiere no es lo que otras personas hacen, sino cómo lo tomamos. Sin embargo, hemos sido educados en un modo que nos induce a sentirnos o buscar culpables, a través de nuestras autoridades, nuestros maestros, nuestros padres, que usaron la culpa para movernos a hacer lo que ellos querían que hiciéramos. Ellos pudieron expresar sentimientos de esta manera: “Me duele que no limpies tu cuarto”.

“Me haces enojar cuando le pegas a tu hermano”. Hemos sido educados por personas que trataron de hacernos responsables de sus sentimientos, de modo que nos sintiéramos culpables. Los sentimientos son importantes, pero no queremos usarlos de esa manera; no queremos usarlos de un modo que induzcan a la culpa. Es muy importante que, cuando expresemos nuestros sentimientos, quede claro que la causa de nuestros sentimientos son nuestras necesidades.

Así como es difícil para mucha gente tener un vocabulario adecuado para expresar sentimientos, también lo es para expresar necesidades. De hecho, muchas personas asocian cosas muy negativas con las necesidades. Las asocian con ser necesitado, dependiente, egoísta; de nuevo, ello viene de nuestra historia de educar a la gente para que funcione bien dentro de estructuras de dominación, para hacerlas dependientes y sumisas a la autoridad. La gente no hace buenos esclavos si ellos están en contacto con sus necesidades. Nuestra educación no está orientada a ayudarnos a estar más vivos y más conectados con nosotros mismos y con los demás, sino a dar las respuestas adecuadas, según las definen nuestras autoridades. Fíjate en las palabras que utilizas para describir tus necesidades. Las necesidades no contienen ninguna referencia a personas específicas que tomen acciones específicas. Las necesidades son universales. Todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades.

Cuando conectamos al nivel de las necesidades, cuando vemos la humanidad en los demás, es increíble ver cómo los conflictos que parecían insalvables se resuelven. Maridos y mujeres, padres e hijos, tribus en conflicto, todos ellos piensan que tienen un conflicto que no puede ser resuelto. Es increíble observar cómo, cuando la gente puede ir más allá de los diagnósticos que hacen unos sobre otros y conectar al nivel de las necesidades, cómo los conflictos que parecían imposibles de resolver, se resuelven casi por sí mismos.

Ya hemos expresado las tres piezas de información que son necesarias para responder a la pregunta: “¿Qué es lo que está vivo en nosotros?” Hemos expresado lo que observamos, lo que sentimos y las necesidades que están conectadas con esos sentimientos.

Esto nos lleva a la segunda cuestión –y que está referida a la primera: “¿Qué es lo que podemos hacer para hacer la vida más hermosa?” Que es lo que tú puedes hacer para que la vida sea más hermosa para mí; qué es lo que yo puedo hacer para que la vida sea más hermosa para ti. Esta es la otra mitad del proceso de conexión con la Energía Divina en nosotros: cómo lograr conectar empáticamente con lo que está vivo en la otra persona en orden a hacer la vida más hermosa para ella. La empatía es una clase especial de entendimiento. No es un entendimiento desde la cabeza con el que comprendemos mentalmente lo que la otra persona dice. Es algo mucho más hondo y más precioso que eso. La conexión empática es una comprensión del corazón, en el que vemos la belleza en la otra persona, la Energía Divina en el otro, la vida que está viva en él. Conectamos con ello. No lo comprendemos mentalmente, sino que conectamos con ello. Esto no quiere decir que tengamos que sentir los mismos sentimientos como el otro los está experimentando. Eso es simpatía: cuando nos sentimos tristes, porque la otra persona está compungida. La empatía no significa que estemos como la otra persona, sino más bien que estamos con la otra persona.

Esta clase de entendimiento requiere uno de los más preciosos regalos que una persona puede hacer a otra: nuestra presencia completa en ese momento. Si estamos tratando de comprender mentalmente a la otra persona, entonces no estamos plenamente presentes con él en ese momento. Estamos sentados allí, analizándolo, pero no estamos con él. Así que la conexión empática implica conectar con lo que esta vivo en la persona en ese momento.

Hemos sido educados a pensar que hay algo que está mal en nosotros. Una sugerencia es nunca, nunca, nunca, estar atentos a lo que la otra persona piensa sobre nosotros. Si así lo hacemos, viviremos más largamente, y disfrutaremos más de la vida si nunca escuchamos lo que las otras personas piensan sobre nosotros. Nunca nos lo tomemos personalmente. Aprendamos a conectar empáticamente con cualquier mensaje que venga a nosotros de la otra persona. Y la CNV nos enseña una manera de hacerlo. Nos enseña una forma de ver la belleza en la otra persona en cualquier circunstancia, más allá de su comportamiento o del lenguaje que utiliza. Esto requiere conectar con los sentimientos y necesidades de la otra persona en ese momento, con lo que está vivo en ella. Y cuando hacemos esto, entonces somos capaces de escuchar lo que la otra persona está cantando con una hermosa melodía.

¿Cómo lograrlo cuando la otra persona nos dice: “¡¿Es que no entiendes? Y te lo he dicho por dos veces”!…o cuando el otro nos dice: “¡Eres la persona más egoísta que conozco!” Si aprendes a conectar empáticamente con los demás, escucharás que siempre están cantando una bella melodía que expresa sus necesidades. Eso es lo que escucharás detrás de cada mensaje que te venga de cualquier persona, si conectas con la Energía Divina presente en esa persona a cada momento.

La manera de hacerlo es la siguiente: Comenzamos diciendo al otro lo que observamos que hace, cómo te sientes ante estos hechos, cuáles son tus necesidades insatisfechas. Y finalmente formulas una petición con claridad. Necesitamos pedir a la otra persona lo que nos gustaría que ella hiciera para contribuir a que nuestra vida sea más hermosa. Les hemos expresado el dolor que sentimos en relación con su comportamiento, así como las necesidades que en nosotros están insatisfechas. Ahora les diremos lo que les pedimos que hagan para que nuestra vida sea más hermosa.

La CNV sugiere que hagamos nuestras peticiones usando un lenguaje de acción positivo. Positivo en el sentido de que decimos al otro lo que queremos que él haga, y no lo que queremos que deje de hacer. Arribamos a un lugar distinto si decimos al otro lo que queremos, en lugar de remarcar lo que no queremos. Ejemplo: si decimos a alguien ¿Podrías dejar de golpear en tu libro? El puede empezar a golpear en el escritorio… Decir al otro lo que queremos que haga, es muy diferente de decirle lo que no queremos.

Cuando queremos que alguien deje de hacer lo que hace, parece que el recurrir al castigo es una buena estrategia. Pero si nos hacemos estas dos preguntas, nunca más recurriremos al castigo: ¿Qué es lo que queremos que la otra persona haga? Y, sobre todo, esta segunda pregunta: ¿Cuáles son las razones por las que queremos que la otra persona haga lo que queremos que haga? El propósito de la CNV es lograr la conexión con los demás, de modo que ellos hagan cosas a favor de otros movidos únicamente por la compasión, por la conexión con la Energía Divina, con la intención de servir a la vida. Y no por el miedo al castigo, por la búsqueda de una recompensa, por sentimiento de culpa o de vergüenza, sino por la alegría natural que sentimos cuando contribuimos al bienestar unos de otros. Así que, cuando hacemos nuestra petición queremos expresarla en positivo, expresando lo que sí queremos.

¿Cómo formular nuestras peticiones, sin que suenen a que estamos exigiendo algo? Queremos hacer peticiones asertivas, y a la vez, queremos que el otro comprenda que son peticiones y no exigencias. ¿Cuál es la diferencia? Podemos pensar que la diferencia estriba en qué tan cálidamente es formulada la petición, o qué tan claramente la formulamos. Pero no es así. Por ejemplo, si decimos a quien vive con nosotros: “Me gustaría que colgaras tu ropa”, aún no sabemos si esta es una petición o una exigencia. Nos daremos cuenta en la manera como tratamos a la otra persona cuando ella no hace lo que le pedimos. Eso es lo que dice a la persona si estoy pidiendo o exigiendo.Cuando no admito un “no” por respuesta, entonces estoy exigiendo.

¿Qué pasa cuando la persona escucha una exigencia? Cuando el otro escucha mi petición como una exigencia, me doy cuenta inmediatamente. Porque el otro me dice: “está bien”, pero no lo hace. O peor aún, lo hace, pero por miedo a lo que pueda suceder si no hace lo que le mandamos. Si alguien hace lo que le pedimos movido por la culpa, la vergüenza, el deber o la obligación, el miedo al castigo… cualquier cosa que los demás hagan motivados por tal energía, tarde o temprano la pagaremos a un precio a veces muy alto. Queremos que la gente colabore con nosotros solo porque están conectados con la clase de Energía Divina que está en todos nosotros. La Energía Divina se manifiesta en el gozo que sentimos al darnos unos a otros. No lo hacemos para evitar el castigo, por la culpa o por ninguna cosa parecida.

Esto no significa ser permisivos. Mucha gente no se cree que puede haber orden en casa y en la sociedad a menos que fuerces a la gente a hacer las cosas, a menos que le exijas. Pensamos que los niños, por ejemplo, primero tienen que aprender lo que deben hacer, lo que tienen que hacer. Estos dos conceptos son los más destructivos del planeta: “tengo que” y “debo”. No nos creemos que la Energía Divina habita en los niños tanto como en los adultos, de modo que pueden hacer cosas porque se dan cuenta del gozo que significa contribuir al bienestar de los demás, y no porque serán castigados si no lo hacen.

Podemos mostrar las cosas a los niños de otra manera que sólo exigiendo. Ellos ven nuestras necesidades. Ellos no lo hacen porque piensen que tienen que hacerlo. Ellos eligen responder movidos por esta Energía Divina que les habita.

Los adultos pensamos que hay un montón de cosas que odiamos hacer, pero simplemente las hacemos porque tenemos que hacerlo. Por ejemplo, una madre de familia cocinaba todos los días para sus hijos únicamente porque tenía que hacerlo, aunque lo odiaba. No lo hacía movida por la Energía Divina ni por hacer más hermosa la vida de sus hijos. Hasta que un día, una vez entrenada en una nueva manera de pensar y comunicarse siempre conectada a la Energía Divina, expresó a su familia que no quería cocinar más. Entonces sus hijos le respondieron: ¡gracias a Dios. Ahora quizá no te quejarás tanto después de cada comida! Y la dinámica familiar se transformó para bien desde ese momento.

Porque cuando hacemos cosas que no vienen de esta Energía Divina en cada uno de nosotros, esta Energía Divina que hace natural el dar compasivamente, cuando hacemos cosas movidos por cualquier patrón cultural aprendido que nos dice que debemos, tenemos que, movidos por la culpa, por la vergüenza, por el sentido del deber u obligación, para recibir una recompensa…entonces todos pagan por ello, todos. La CNV nos pide que seamos claros, que no respondamos, a menos que esa respuesta venga de la Energía Divina. Y sabrás que es así cuando estés verdaderamente dispuesto a hacer lo que se te pide. Aun cuando sea un trabajo duro, será gozoso si tu único motivo es hacer la vida más agradable.

Ahora, cuando ponemos todo esto junto, tenemos lo siguiente: Podemos empezar el diálogo con la otra persona expresándole lo que está vivo en nosotros y lo que nos gustaría que él hiciera para hacer nuestra vida más agradable. Luego, no importa cuál sea su respuesta, tratemos de conectar con lo que está vivo en la otra persona y lo que podría hacer su vida más agradable. Y mantenemos este fluir de la comunicación hasta que encontremos estrategias para salir al encuentro de las necesidades mutuas, procurando asegurarnos siempre de que cualesquiera que sean estas estrategias que acordemos, las acordemos en libertad movidos únicamente por el deseo de contribuir al bienestar unos de otros.

Un ejemplo de cómo usar este proceso para conectar con los demás

Cierta vez estaba trabajando en un campo de refugiados, en un país en conflicto con los Estados Unidos. Estaban reunidas unas 170 personas. Cuando mi intérprete anunció que yo era ciudadano americano, una persona saltó y le gritó: “¡Asesino!” En ese momento me alegré de conocer la CNV; eso me permitió escuchar la belleza en el mensaje de esa persona, lo que estaba vivo en ella. Es lo que hacemos en CNV, escuchar los sentimientos y las necesidades que hay detrás de cualquier mensaje. Así que dije al caballero: ¿Se siente usted enojado porque su necesidad de apoyo no está siendo atendida por mi país? Esto requirió de mí el tratar de percibir lo que aquel hombre estaba sintiendo y necesitando. Podía estar equivocado. Pero aún cuando nos equivoquemos, si lo que intentamos sinceramente es conectar con la Energía Divina presente en otro ser humano -sus sentimientos, sus necesidades en ese momento- esto muestra a la otra persona que no importa cómo se comuniquen con nosotros, nosotros cuidamos lo que está vivo en ella. Y cuando la persona confía en ello, estamos en el camino adecuado para lograr una conexión tal que las necesidades de ambos pueden encontrarse. Esto no sucedió de inmediato, porque este caballero estaba experimentando mucho dolor.

Sucedió que yo había captado bien, porque cuando dije: ¿Se siente usted enojado porque su necesidad de apoyo no está siendo atendida por mi país?, el otro me respondió: “Usted tiene toda la maldita razón”, y añadió: No tenemos alcantarillado, no tenemos viviendas …¿Por qué están mandando sus armas? Le respondí: Señor, estoy escuchando nuevamente que usted dice que es muy doloroso ver que les envían armas, cuando lo que ustedes necesitan es alcantarillado y viviendas. Él dijo: Desde luego ¿Usted sabe lo que significa vivir bajo estas condiciones desde hace veintiocho años? Entonces dije: Así que usted dice que es muy doloroso y que usted necesita comprensión por las condiciones bajo las que está viviendo… De esta manera prosiguió el diálogo. Una hora después, el hombre me invitaba a compartir con él la cena del Ramadán en su casa.

Esto es lo que ocurre cuando podemos conectar con lo que está vivo en nosotros, con la humanidad en las otras personas, los sentimientos y necesidades que se expresan detrás de cualquier mensaje. Esto no significa que tengamos que repetirlo siempre en voz alta. A veces es tan evidente lo que el otro está sintiendo y necesitando que no es menester explicitarlo. El otro puede percibir si realmente estamos tratando de conectar con él, incluso en nuestra mirada. Esto no significa que estemos de acuerdo con la otra persona. No significa que aprobamos lo que el otro está diciendo. Significa más bien que le damos al otro el regalo de nuestra presencia. Estar presentes con el otro escuchando lo que está vivo en él en este preciso momento, y decirle que estamos sinceramente interesados en él, no por una técnica psicológica, sino porque queremos conectar con la Energía Divina que habita a esa persona en ese momento.

La conexión con los demás a través de la CNV está clara en la teoría pero ¿Es posible llevarla a la práctica en la actualidad?

Cualquiera que estudia la CNV, dice dos cosas de ella: primera, que es muy fácil de comprender, muy simple. Se requiere mantener nuestra comunicación, el foco de nuestra atención, nuestra consciencia en lo que está vivo en nosotros a cada momento y en aquello que puede hacer la vida más hermosa. Es sencillo de entender. Y a la vez, es muy difícil de practicar, porque no hemos sido entrenados para ello.

No hemos sido educados para pensar en aquello que está vivo en nosotros. Hemos sido entrenados para funcionar bajo estructuras en las que unos pocos dominan sobre muchos. Hemos sido educados para prestar la máxima atención a lo que los demás – especialmente si ejercen alguna autoridad sobre nosotros- piensan acerca de nosotros. Sabemos que si piensan que estamos equivocados, o que somos malos, incompetentes, estúpidos, flojos, egoístas, vamos a ser castigados. Y si nos etiquetan como buenos o malos niños, buenos o malos empleados, podemos ser premiados o castigados. Así que no hemos sido educados para pensar en aquello que está vivo en nosotros o en aquello que podría hacer la vida más agradable. La CNV nos invita a dar a conocer a la gente aquello que está vivo en nosotros en relación a lo que ellos hacen. A través de la CNV queremos ser honestos, sin recurrir a ninguna palabra que implique enemistad, equivocación, crítica, insulto, o diagnóstico psicológico.

Mucha gente cree que es imposible hacer esto con algunas personas. Piensan que hay gente tan dañada que, no importa el tipo de comunicación que uses con ellos, no podrás llegar a este punto. Esta no ha sido la experiencia de Marshall. Puede tomar algún tiempo, pero siempre es posible llegar a conectar compasivamente con el otro. No es que se pueda llegar a ello de inmediato. Por ejemplo, una persona que ha sido duramente castigada por un crimen cometido, puede tardar tiempo en convencerse de que alguien pueda estar sinceramente interesado en lo que está vivo en él. A veces no es fácil estar en situaciones así, porque nuestros propios condicionamientos culturales no nos permiten fluir, pero el entrenamiento puede significar un verdadero cambio.

Cuando logras que las personas conecten al nivel de la Energía Divina, es difícil mantener esas imágenes de “enemigo”. La CNV en su pureza es la más poderosa, y más rápida forma de lograr que las personas transformen una manera de pensar que los aliena de la vida, que los lleva a lastimarse los unos a los otros. Y que empiecen a disfrutar el darse los unos a los otros.

Cuando tienes a una pareja de personas mirando a la otra, un Hutu y un Tutsi, cuyas familias han sido aniquiladas por el otro, es asombroso que en dos o tres horas podemos hacer que ellos se enriquezcan el uno al otro. Es inevitable. Inevitable. Es por eso que utilizo este acercamiento.

Es asombroso lo simple que es después de todo el sufrimiento que ha habido, y qué tan rápido puede suceder. La CNV realmente sana rápido cuando las personas han experimentado mucho dolor. Esto nos puede motivar a querer hacer que suceda aún más rápido porque de la manera en que lo hacemos ahora, todavía nos lleva tiempo. ¿Cómo logramos esto más rápido con los otros 800,000 Hutus y Tutsis, y el resto del planeta? Qué podría pasar si pudiéramos hacer películas o programas de televisión sobre este proceso, porque he visto que cuando dos personas hacen este proceso con otras personas mirándolos, esa calidad de aprendizaje, sanación y reconciliación suceden. Así que me gustaría explorar formas de utilizar los medios de comunicación para llegar a las masas de personas para llevar más rápido este proceso juntos.

La necesidad de enriquecer la vida es una de las necesidades más básicas y poderosas que tenemos los seres humanos. Necesitamos actuar, dejándonos guiar por la Energía Divina que habita en nosotros. Y cuando “somos” esa Energía Divina, no hay nada que nos aporte mayor alegría, nada que nos haga gozar más, que enriquecer la vida, que usar nuestro inmenso poder para enriquecer la vida.

Ahora bien, siempre que tratamos de conectar con esta Energía Divina y de contribuir a la vida, tenemos otra necesidad, y una petición que surge de ella. Necesitamos información y por eso pedimos retroalimentación a la otra persona, a quien estamos tratando de aportar. Queremos saber si nuestra intención se ve satisfecha con nuestras acciones, si nuestro deseo de contribuir está siendo exitoso.

En nuestra cultura esta petición se ve distorsionada porque pensamos que tenemos necesidad de que la otra persona nos ame por lo que hemos hecho, que necesitamos que ella aprecie lo que hacemos y que nos apruebe por ello. Y eso distorsiona y quita belleza a todo el proceso. No es la aprobación de los demás lo que necesitamos. Nuestro intento es usar nuestra energía para enriquecer la vida, pero necesitamos ser retroalimentados. ¿Como podría yo saber si mi esfuerzo ha sido exitoso a menos que reciba yo retroalimentación?

Y puedo usar esta retroalimentación para ayudarme a saber si estoy conectado con esta Energía Divina. Sé que estoy conectado con ella cuando soy capaz de aceptar una crítica tanto como un agradecimiento.

¿Puede haber barreras culturales o de lenguaje en este proceso?

Me asombra qué tan pocas y pequeñas son. Cuando yo empecé a enseñar este proceso en otro idioma, realmente dudé que podía lograrlo. Recuerdo la primera vez que estaba en Europa, iba a ir primero a Mónaco y después a Génova. Mi colega y yo, juntos dudábamos que esto pudiéramos lograrlo en otro idioma. Ella lo iba a hacer en francés y yo iba a estar ahí para que ella me hiciera preguntas si algo surgía. Yo iba a ver si al menos podíamos hacerlo con traductores. Pero fluyó muy bien sin ningún problema, y me encuentro con lo mismo en todos lados. Así que ya no me preocupo más, yo lo hago en inglés y tú lo traduces y funciona muy bien. No puedo pensar de ninguna cultura en la que hayamos tenido ningún problema más que cosas pequeñas, pero no con la esencia. No solamente no hemos tenido ningún problema, sino que además hay variaciones repetidas de personas diciendo que esto es esencialmente lo que su religión dice. Son cosas antiguas; ellos conocen estas cosas, y están agradecidos por esta manifestación, porque no es nada nuevo.

Yo recomiendo en todos los talleres que las personas se hagan esta pregunta, ¿Cómo decido conectar con otros seres humanos? y estar lo más conscientes que puedan al respecto. Para estar seguros que se trata de su decisión y no de la forma en que han sido programados a decidir. En realidad, ¿cuál es la forma en que tú decidirías conectar con otros seres humanos?

La gratitud también juega un gran papel para mí. Si expreso gratitud cuando estoy consciente del acto humano para el cuál quiero expresarla, conciencia de cómo me siento cuando este acto ocurre, ya sea mi acto ó el de alguien más, y qué necesidades mías cubre, entonces expresar gratitud me llena de conciencia del poder que nosotros los seres humanos tenemos para enriquecer la vida. Me hace darme cuenta de que somos Energía Divina, que tenemos tal poder de hacer la vida maravillosa, y que no hay nada que nos guste más que hacer sólo esto.

Para mí, esto es una poderosa evidencia de que somos Energía Divina, que tenemos este poder de hacer la vida maravillosa, y que no hay nada que nos guste más. Es por esto que parte de mi práctica espiritual es sólo estar consciente de la gratitud.

¿ Has recibido influencia de personas como Mahatma Gandhi o Martin Luther King Jr., quienes han intentado mediar en conflictos sociales y políticos a través de la no-violencia activa?

Ciertamente, he sido afectado por ellos, porque he estudiado a personas que históricamente han hecho que las cosas sucedieran de una manera que valoro mucho. Y estas dos personas hicieron eso. La verdadera espiritualidad que yo valoro es la que te lleva a encontrar la alegría en contribuir a la vida, no sólo a orar y meditar, aunque la meditación es ciertamente algo muy valioso. Pero, como resultado de la oración y la meditación, de la toma de conciencia, quisiera ver a las personas en acción, mejorando el mundo en el que quieren vivir.